La bandera mapuche, hasta hace poco reducida a esa cultura, hoy se ha convertido en uno de los emblemas del estallido social chileno. De eso conversó con Ciudadano ADN Jorge Weke, werkén del parlamento Coz Coz y uno de sus creadores.
Weke se demostró interesado por “cómo se ha ido dando cuenta la gente de que el pueblo mapuche ha tenido razón en su clamor por la reivindicación. Uno se siente bastante confortable con eso. La gente que iza esta bandera lo hace por conocimiento de causa por lo que también están viviendo”, apuntó. “Siento que es bastante enaltecedor de lo que está ocurriendo”.
Como miembro del pueblo mapuche, observa con atención lo que pasa en Chile. “Para nosotros es importante que haya una asamblea constituyente donde el pueblo decida”, aunque “no está considerado el pueblo mapuche aparentemente allí, el tema se resolvió entre cuatro paredes y no fue consensuado con nuestro pueblo”.
A la hora de hablar de la bandera de cuya creación formó parte, expresó que “más allá de los colores, esta bandera nació como muestra de una lucha social”, y que “es parte de la liberación de nosotros pero también se ha tomado como parte de la liberación de todos los pueblos”.
Además, explicó, es una bandera que tiene significados diversos y muy precisos a partir de sus colores. “La espiritualidad es el color azul, el verde es el territorio, el rojo lo que conservamos genéticamente, el que somos uno más de esta vivencia en el territorio, el newen, la espiritualidad. El amarillo es la buena vibra desde la salida del sol, y al centro está la figura principal, el kultrun, que es un símbolo sagrado”.
Para Weke, el pueblo mapuche está “acostumbrado a la lucha de resistencia, nosotros no fuimos un pueblo guerrero sino uno que resistió, y estamos tratando de acompañar al pueblo chileno” en este proceso de cambios. “Si eso no se cumple, vamos a seguir batallando por el reconocimiento de un pueblo que nunca fue vencido ni por el estado español ni por el estado republicano”, expresó.
Por último, el werkén enfatizó que “no nos consideramos chilenos sino plenamente mapuches”, tomando en cuenta que “el Estado chileno se viene a instalar posterior a la invasión del ejército español europeo. No somos ni chilenos ni argentinos”, aunque aplaude la idea de establecer una plurinacionalidad en el nuevo marco legal. Para ello, “hay que sacar lectura de aquellas experiencias donde sí ha tenido un poco de avance, y ver cómo se puede seguir profundizando esta idea”.